Estoy a gusto aquí dice Ricardo, al entrar en diálogo con Liberté prensa, y continúa diciéndonos, me encanta el trabajo con las plantas, flores, me dieron la oportunidad de estar acá y contento con esto, lo poco que me queda de mi privación de libertad ando tranquilo y más allá de la tarea específica también estoy para dar una mano en lo que sea.

Lleva casi siete años y falta poco relativamente para su salida del encarcelamiento, pero hoy dice no se afana en eso, y comenta que pasa sus días trabajando, y con ello ocupa su mente.

Liberté es una maravillosa oportunidad que los presos tenemos para hacer el cambio al ritmo diario de la cárcel, pero en lo personal también, yo cambié mucho, nos dice y hago cursos que se dan acá.

Estoy preso, pero acá me llevo bien con todos y es como haber encontrado una familia, en el pabellón no me quedo, me pone mal estar todo el día ahí, así que yo salgo y vengo para acá, aprovecho esta oportunidad que me dieran Carlos y el pampa, para estar acá.

Suelo pensar en mi salida, planifico sobre el futuro que en lo que haré en el mundo exterior y me veo con un invernadero, trabajando la tierra para tener allí plantas, verduras y flores, también criar unas gallinitas, cosas para vender, subsistir, yo y mi familia.

Nos cuenta que después de siete años sin verla a su hija y su nieta hace pocos días ha logrado verlos en una reciente visita y nos confiesa que eso lo ha motivado a seguir adelante ya con otro panorama de las cosas.

Cuando este fuera de aquí va a quedar grabado el recuerdo de esta tarea, este lugar que me cobijo, donde pude aprender con los cursos muchas cosas buenas, el recuerdo siempre estará en el presente, dijo Ricardo con profunda emoción.

Fuente: Liberté