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Este último viernes a media mañana, llego a nuestro territorio el ex sacerdote Francisco Vacazur, y de esta manera vuelve a brindar a los presos que desarrollan tareas en Liberté, el taller donde se abordan los valores humanos.

Recordamos que además de pertenecer a la órbita estatal como agente de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación, donde cumple con tareas correspondientes al programa de ayuda social, también de manera privada trabaja en las necesidades de los necesitados situación a la que no escapa la población carcelaria.

En esta ocasión nos visitó junto a un vecino de la ciudad de Mar del Plata, Rubén, quién además de ser comerciante es un permanente colaborador de Francisco pues al igual que este siente la necesidad de cubrir la necesidad de su corazón la cual es ocuparse de los humildes, una tarea nada fácil para cualquier persona que acepte llevarla a cabo.

Motivado por su compañero de ruta llegó a nuestro territorio en las últimas horas, se emocionó y admiró el trabajo de Liberté al ir recorriendo las distintas secciones, a la vez que tomaba contacto con los presos del lugar, a los cuales los consultaba acerca de sus tareas y por cada respuesta a sus preguntas la emoción seguía escalando en él.

En un momento Rubén mirando a un joven a sus ojos tristes no dudó y ocurrió lo inesperado para una humanidad que decrece en empatía, aunque por fortuna no para personas como Francisco o el propio Rubén y en un instante se quitó su abrigo, el cual hacía dos días la había comprado y se la obsequió al jovencito que no salía de su asombro ante el gesto de Rubén para con él.

Estas cosas pasan en Liberté, estos gestos de empatía son frecuentes en nuestro espacio desde el continuo andar cotidiano.

Como siempre gracias Francisco y gracias Rubén por tanta simpleza, cariño y dedicación.

Fuente: Liberté.