También destaco la proyección de Liberté
Primero y principal, felicitarlos, porque es un proyecto que está creciendo vienen poniéndole ganas día a día, que le vienen poniendo mucho trabajo, mucho empeño, y que quienes transitamos las organizaciones sociales y los espacios institucionales sabemos que nunca es fácil el camino, y que a través de la organización y la lucha se van concretando los sueños.
La realidad es que no me sorprende, si me alegra que son dos cosas distintas, me alegra ver como se siguen organizando cientos de miles y miles de compañeros y compañeras en todas las unidades penitenciarias, pero también en todas las barriadas de nuestro país y como a través de la economía popular vamos encontrando respuestas a la falta de trabajo, que es uno de los principales problemas que atravesamos como sociedad.
Así que muy alegre de esta cantidad de unidades productivas que tienen de las distintas ramas y con muchas ideas para seguir articulando, el INADI, encabezado por Lidia Pérez que es nuestra responsable del programa de personas privadas de su libertad y liberades, viene acompañando, a mí me toca venir por primera vez a esta unidad, pero ya había estado en el complejo en la 44 visitando las compañeras trans que allí están alojadas.
Muy feliz, con muchos proyectos, y con muchas ideas para seguir acompañando a esta cooperativa que no es el nombre o el trámite, pero sí sirve para seguir golpeando puertas, y para conseguir el financiamiento necesario, para que esto se convierta en un polo productivo, diría yo, con la variedad y cantidad de cosas que están fabricando y que están generando.
Taller sobre masculinidades
Tuvimos la suerte de compartir un taller sobre masculinidades, y que es lo que eso implica, que es ser varón, como nos educaron para ser varones, como nos atravesó, cuales fueron nuestros vínculos con los varones que tuvimos cerca, nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros amigos, y la propuesta que venimos trabajando junto a Lidia Pérez es ir a las distintas unidades penitenciarias donde están alojados compañeros varones, para empezar a charlar sobre que tipo de varones queremos ser, en la situación de encierro pero también que clase de varones vamos a ser cuando salgamos.
Creo que esta primera charla introductora, que fue bastante improvisada, salió muy bien, la verdad que el taller estuvo maravilloso, salieron muchas anécdotas, muchos recuerdos, algunos que hoy nos generan risa pero que cuando los analizamos son tristes, esta imposibilidad que tenemos muchas veces los varones, de demostrar nuestros sentimientos de contar que nos pasa, de pedir ayuda, esta tan negado para la masculinidad que resolvemos las cosas y algunas veces las resolvemos mal, me parece que muchos se quedaron pensando, contentos con la propuesta y ahora vamos a venir una vez al mes a trabajar en distintos talleres, distintos temas con distintas pedagogías de la educación popular para que todo fluya, que seas algo divertido y entretenido, pero también reflexivo.
Soy una activista por los derechos humanos, mi militancia comienza con el colectivo del LGBT, (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans), porque soy un varón trans, a partir de eso, no molesta la pregunta, ni incomoda, ni mucho menos, es una decisión de vida para mí, ser visible, ser activista, y en todos los lugares donde voy, decir que soy un varón trans, a mí me llena de orgullo y lejos de generarme una vergüenza, me da mucha alegría poder construirme día a día, pensando en que varón quiero ser, cuales son las cosas de la masculinidad que me dan felicidad que me gustan y cuales no, y aquellas que no, poder decir no las quiero transitar, no me identifico con ellas.
Estamos cumpliendo diez años de aprobación de la nueva ley de identidad género, pero todavía hay en muchos lugares en donde no se conoce la ley, no han tenido la oportunidad tal vez de sentarse a tomar unos mates compartir un taller con una persona trans y eso genera que todavía haya prejuicios sociales y muchas barreras, en el caso puntual de aquí de este proyecto, y de los compañeros que estuvieron compartiendo el taller, la verdad que no se notó, habría alguno que me miraría con cara de este que es, pero amables super atentos, participativos, yo me sentí muy cómodo y por eso la propuesta de venir una vez al mes para seguir compartiendo con ellos y entender que todas las personas somos iguales, que tenemos que tener los mismos derechos, las mismas oportunidades y que la igualdad no significa que seamos iguales literalmente, somos iguales frente al acceso de derechos, pero después, por suerte, somos todes diferentes y eso es lo que genera la diversidad, y lo rico de nuestra sociedad, no ser iguales, sino por el contrario, ser diferentes pero ser iguales en el acceso derechos.
Fuente: Liberté